
El invulnerable cuerpo de bronce de Talos era irrigado por una única vena diminuta que lo recorría desde el cuello al tobillo, donde estaba rematada por un clavo que le impedía desangrarse, siendo su único punto débil. Cuando Jasón y los argonautas llegaron a Creta tras obtener el vellocino de oro, Talos les impidió desembarcar del Argo arrojándoles grandes rocas a la bahía. Según Apolodoro (1.140), la hechicera Medea volvió loco a Talos con sus pócimas, haciéndole creer que podía hacerle inmortal quitándole el clavo de su tobillo, o bien que Poeas, padre de Filoctetes, atravesó la vena con una de sus flechas. En la Argonautica (4.1638), Medea le hiptonizaba desde el Argo, volviéndole loco y haciendo que se arrancase el clavo. En cualquier caso, al quitar el clavo de su tobillo se derramaba el icor de Talos, desangrándose y muriendo. Tras su muerte, el Argo pudo arribar sin peligro.
FUENTE: WIKIPEDIA.
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